No participé en debates políticos en las redes sociales durante este ciclo. Cuanto más mayor me hago, más me pregunto: ¿dónde influirán más mi voz y mis acciones? Yo se el poder de nuestras voces. Como compartí en una publicación en la que explicaba el cambio de nombre a Elevating Authenticity, mi papi nos crió a mi hermana y a mí para que fuéramos mujeres poderosas. Siempre decía: “Tu voz es lo más fuerte que tienes; nunca dejes que nadie te silencie”.
A lo largo de los años, he visto cómo la aguja se movía, incluso en tiempos difíciles, gracias a este compromiso de hacer oír mi voz. Crear talleres, participar en paneles, impartir capacitaciones y trabajar con organizaciones para brindar esos momentos de revelación (la educación y las herramientas para que las personas vean cómo ellas también pueden influir en la sociedad) ha sido una de las partes más significativas de mi trayectoria. Nuestro trabajo no se limita a acudir a las urnas cada cuatro años, sino que se basa en estas acciones diarias e intencionales.
Al pensar en cómo podemos hacer oír nuestra voz, recuerdo que el verdadero cambio requiere coraje. No siempre es fácil hablar, especialmente cuando nuestras opiniones difieren de las de quienes nos rodean o cuando defender nuestros valores significa desafiar el statu quo. Pero estos momentos de incomodidad son a menudo el punto de partida del crecimiento y el progreso.
Una pregunta de mi baraja " Elevando mi autenticidad " que resuena profundamente en mí (y creo que resonará en ti) es: "¿Con qué frecuencia tomo decisiones que reflejan mi verdadero yo, incluso cuando son difíciles o impopulares?" Esta pregunta nos pide que examinemos esos momentos cruciales y consideremos cuánto estamos dispuestos a dar un paso adelante cuando hay mucho en juego. Reflexionar sobre ello puede darnos el coraje para tomar decisiones que respeten nuestras creencias, sin importar cuán desafiantes puedan ser.
Otra pregunta poderosa sobre la que reflexiono a menudo es: “¿Qué acciones prácticas puedo tomar para asegurar que mi identidad, mis valores y mi autenticidad estén plenamente integrados en mi vida diaria?”. Este recordatorio nos ayuda a mirar hacia dentro y pensar en cómo podemos hacer realidad nuestros valores todos los días. Cuando encontramos formas de alinear nuestras acciones con nuestras creencias más profundas, cada elección e interacción se convierte en una oportunidad para usar nuestras voces con fuerza, no solo durante las épocas electorales, sino de manera constante, como un compromiso de por vida con nuestros principios.
Te animo a que te hagas estas preguntas y explores qué cambios puedes hacer hoy para que tus valores cobren vida. Tal vez sea hablar en el trabajo, hacer voluntariado en tu comunidad o simplemente tener conversaciones significativas con amigos y familiares. La defensa de los derechos no empieza ni termina en las urnas; está entretejida a través de nuestras decisiones diarias, nuestras acciones y nuestro coraje para defender nuestros valores incluso cuando es difícil.
Sin embargo, también es esencial reconocer que tener el coraje de hablar puede ser a veces un privilegio. Para algunas personas, puede que no exista seguridad en determinados espacios en función de sus identidades o circunstancias, y hablar puede conllevar riesgos reales. Si eres una de esas personas para las que hablar no es seguro, debes saber que no hay problema; tu voz sigue siendo poderosa y que hay otros espacios en los que puedes generar impacto y fomentar el cambio sin comprometer tu bienestar. La verdadera defensa de los derechos incluye saber cuándo protegernos y encontrar lugares en los que nuestras voces puedan ser escuchadas sin miedo.
Una de las formas más importantes que he encontrado para mantener mi voz fuerte es estar en comunidad con otras personas que me apoyan. Como mujer latina de piel morena, hija de inmigrantes, estudiante universitaria de primera generación de un entorno de bajos ingresos, conozco de primera mano los desafíos que conlleva impulsar cambios en espacios que no siempre acogen nuestras historias. Pero mi compromiso con la defensa y la autenticidad me ha llevado a buscar espacios donde se celebre mi historia, donde se fomente mi trabajo y donde pueda mostrarme plenamente como soy.
En estos espacios, no solo me ven, sino que me animan. Me ayudan a llenar mi propia copa para poder volver al mundo con resiliencia, lista para hablar y presionar por el cambio, incluso cuando me siento intimidada o incierta. Saber que tengo una comunidad que me apoya me da la fuerza para defender la justicia, la equidad y la autenticidad, sabiendo que no estoy sola. Es un recordatorio de que ninguno de nosotros necesita recorrer este camino solo; estar en comunidad nos da el coraje para defender nuestros valores y hacer que nuestras voces avancen.
Los momentos de cambio traen consigo una avalancha de emociones: dolor, esperanza, agotamiento y determinación. Honremos esos sentimientos, tomémonos un momento para respirar y luego unámonos para crear un impacto auténtico, un paso valiente a la vez. Encontremos los espacios que nos nutren, las comunidades que nos elevan, para que podamos seguir luchando por un mundo que se alinee con nuestra visión de justicia, equidad y autenticidad.
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